tabaquismo y enfermedad periodontal patología

Tabaquismo y enfermedad periodontal. Relación de riesgo

¿Sabías que tabaquismo y enfermedad periodontal están estrechamente vinculadas? Un fumador tiene un riesgo tres veces mayor de sufrir periodontitis que los no fumadores. El tabaquismo se considera una de las patologías que mayor incidencia tiene en nuestra salud bucal y más concretamente en el estado de nuestras encías.

La enfermedad periodontal en los fumadores se desarrolla más rápidamente y se diagnostica más tarde, lo que reduce las probabilidades de éxito del tratamiento. De hecho, la mayor parte de los pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos periodontales son fumadores (85-90%).

En este artículo repasaremos la relación entre la amenaza del tabaquismo y la periodontitis y la necesidad de un tratamiento correcto para poner freno a sus consecuencias. Debemos tener en cuenta que, si ya está comprobado que el tabaco es perjudicial para nuestra salud, la cavidad bucal es una de las localizaciones donde se manifiestan más claramente los efectos del tabaco, ya que es la puerta de entrada al organismo y al efecto nocivo de los productos tóxicos que se transmiten por el humo.

 

Tabaquismo y enfermedad periodontal: consecuencias en la salud bucal

El tabaco esconde una amenaza silenciosa para la salud bucal. Más allá de la ya conocida halitosis o las manchas amarillentas en los dientes, los efectos del humo están estrechamente relacionados con algunas patologías que afectan directamente al estado de nuestra boca.

Algunas de las principales consecuencias de sus efectos en nuestra salud bucal son:

  • Pérdida de piezas dentales y fracaso de los implantes: el tabaco es un factor de riesgo para los portadores de implantes dentales por el deterioro o riesgo de pérdida ósea. Los expertos aconsejan a los fumadores que en las semanas previas y posteriores a la realización de un implante dejen temporalmente el hábito de fumar. En ocasiones, este abandono temporal concluye con el definitivo.
  • Mineralización de la placa bacteriana: el tabaco actúa también sobre las glándulas salivales y apura la mineralización de la placa bacteriana y, por tanto, la formación de tártaro en el diente, por lo que los pacientes fumadores presentan mayores índices de placa y sarro.
  • Propensión a la aparición de caries: entre los fumadores se observa una mayor cantidad de caries en las raíces de los dientes, ya que éste hábito provoca la pérdida de su soporte y expone la raíz. A su vez, presentan una disminución de la secreción salivar, lo que conlleva una menor capacidad neutralizadora de la placa.
  • Cáncer oral: los efectos de la nicotina, alquitrán y los gases de monóxido de carbono que entran en la cavidad bucal incrementan las posibilidades de sufrirlo. Un fumador tiene de tres a cinco veces más posibilidad de padecer cáncer oral. Si además se asocia con el alcohol, que permeabiliza aún más las mucosas, “el riesgo de sufrir un cáncer oral se eleva considerablemente”, apunta el dentista Francisco Rodríguez Lozano, vicepresidente del Consejo Europeo de Dentistas (CED).

Enfermedades periodontales: la salud de nuestras encías

Según los datos manejados por la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), los efectos del tabaco provocan un mayor nivel de bacterias patógenas en nuestras encías. El tabaco es uno de los factores más importantes para padecer una enfermedad periodontal.

¿Cuáles son las alteraciones más importantes que presentan las encías de los fumadores?

  • Menor vascularización de la encía: el menor aporte sanguíneo y de oxigeno disminuye sus mecanismos defensivos contra el deterioro de la placa bacteriana. Esto provoca que las bacterias dañinas provocan una destrucción de los elementos de sujeción del diente. El menor sangrado reduce los signos inflamatorios y, por consiguiente, la enfermedad se enmascara y se reducen los signos de alerta.
  • Otros trastornos asociados: Se ha demostrado que en las personas que fuman la periodontitis progresa con mayor rapidez y su detección es más compleja. Por ello, los expertos coinciden en que es muy frecuente el diagnostico de trastornos asociados a esta patología. Por ejemplo, es más habitual la aparición de leucoplasias en las encías. Las blancas premalignas son hasta seis veces más frecuentes en los fumadores. En este blog hemos tenido oportunidad de ver con detalle la relación de la salud bucal con enfermedades sistémicas. El humo del tabaco contiene más de 4.700 sustancias tóxicas capaces de deteriorar el funcionamiento de casi todos los órganos y sistemas.
  • Bajo índice de éxito en los tratamientos: se ha demostrado que la respuesta al tratamiento periodontal básico (raspado y alisado radicular) así como al tratamiento más avanzado o quirúrgico, es peor en las personas fumadoras. Los datos demuestran que los resultados son hasta un 50% peores.

Recomendaciones: prevención y tratamiento de los especialistas

Teniendo en cuenta las cifras y la relación entre tabaquismo y enfermedad periodontal en el mantenimiento de nuestra salud bucal, los expertos ponen encima de la mesa algunas recomendaciones y consejos prácticos para combatir las consecuencias del tabaquismo, como “uno de los más importantes factores de riesgo ambientales y modificables de padecer enfermedad periodontal” según mantiene el especialista Rafael Magán.

Inducir al abandono definitivo del tabaco: los especialistas insisten en que en un plazo de 4 a 6 semanas sin fumar comenzarán los efectos de revascularización de las encías, así como la mejora de la respuesta al tratamiento periodontal.

Para un fumador, es especialmente aconsejable establecer un programa de revisiones frecuentes por el especialista. No debemos esperar a los primeros signos de alerta (sangrado, dolor, inflamación). El odontólogo nos dará los consejos necesarios para seguir los mejores hábitos de limpieza y mantenimiento para el cuidado de nuestra salud periodontal. Algunos de estos consejos son:

  • Un correcto cepillado con una frecuencia de 3 veces al día y, también tras haber fumado. Es especialmente importante la higiene de la lengua, ya que es una de las zonas más afectadas por el consumo del tabaco. Puede ser habitual, por eje mplo, que un fumador sufra alteraciones en el sentido del gusto.
  • Enjuague bucal: refuerza el cepillado y protege nuestro esmalte. Además, combatirá el mal alientoprovocado por el tabaco.
  • Uso de hilo dental:Para aquellas zonas a las que el cepillado no llega, la seda dental es una gran aliada para cuidar la salud dental. Protege las encías, muy vulnerables a los efectos del tabaco, y aporta frescor a la boca.

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